Compartir auto se consolida como alternativa para reducir gastos de viaje. El fenómeno avanza fuerte los fines de semana y refleja un cambio profundo en los hábitos de movilidad.
En los últimos dos años, la modalidad de viajes compartidos registró un crecimiento del 528% en el país, impulsada por el encarecimiento del transporte tradicional y el aumento sostenido del combustible. Solo en el último período vacacional, la demanda subió un 70% frente a diciembre, en coincidencia con el mayor movimiento hacia la Costa Atlántica. Cada vez es más común ver autos con varios ocupantes y menos viajes en soledad.
Datos de la plataforma Viatik muestran que el 70% de los traslados se concentra entre viernes y domingo. Los pasajeros tienen una edad promedio de 32 años, con fuerte presencia del segmento entre 23 y 35, mientras que los conductores rondan los 38. El ahorro es uno de los principales motores: un viaje compartido puede costar hasta la mitad que un pasaje de micro, lo que permite a usuarios frecuentes ahorrar cerca de 60 mil pesos mensuales.
Para quienes manejan, compartir gastos cubre entre el 50% y el total del combustible y peajes, generando alivios de hasta 120 mil pesos por mes. Más allá de lo económico, el carpooling se vincula a nuevas rutinas: visitas familiares, escapadas cortas y viajes de ocio. La tendencia, que ya avanza en grandes ciudades del mundo con regulaciones ambientales más estrictas, empieza a consolidarse en Argentina como una estrategia estable frente al contexto económico.











