Michelle Iman Schmukler, una joven de 29 años, denunció que su vecino la insultó con frases antisemitas y le arrojó un fierro mientras estaba con su bebé de ocho meses. La madre del agresor declaró que lo llevó a otro domicilio. La justicia espera las pericias socioambientales y psicológicas para definir su situación.

Un grave episodio de violencia y antisemitismo conmocionó al barrio porteño de Palermo, donde Michelle Iman Schmukler, de 29 años, denunció haber sido agredida por un vecino que le gritó insultos antisemitas y le arrojó un fierro mientras estaba en su casa junto a su bebé de ocho meses.

Según el relato de la víctima, el hombre comenzó a insultarla desde una ventana, repitiendo frases como “judía, judía, qué asco” y “ahora encima tenés un hijo judío”. Acto seguido, el agresor habría lanzado un fierro hacia el patio donde se encontraba Schmukler con su hijo.

“Cuando llegó la policía, este vecino asumió los hechos y hasta se lamentó por no haber tenido puntería”, relató la joven en sus redes sociales, visiblemente indignada por la reacción de los efectivos.

La madre del atacante se presentó ante las autoridades y declaró que decidió trasladar a su hijo a otro domicilio “para evitar problemas”, medida que fue informada a la Fiscalía Especializada en Materia de Discriminación N.º 13, a cargo de la investigación.

En tanto, la justicia dispuso la realización de pericias socioambientales y psíquicas sobre el agresor, además de un relevamiento entre los propietarios del edificio y un informe interdisciplinario sobre su conducta. Los padres del imputado se comprometieron a continuar con la administración de su medicación.

Tras el ataque, la Policía de la Ciudad asignó un patrullero fijo frente al domicilio de la víctima y se le entregó un botón antipánico a la familia como medida preventiva.

El caso, que comenzó en la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas N.º 5 a cargo de Miguel Ángel Ramón Kessler, fue luego derivado a la sede judicial especializada en discriminación, que analiza si se trató de un delito motivado por odio religioso.

El hecho generó repudio en redes sociales y entre organizaciones que combaten el antisemitismo, que exigieron una investigación exhaustiva y sanciones ejemplares para el agresor.