En una entrevista, la modelo cuestionó los mitos que rodean su relación pasada con Diego Forlán. A más de una década de la ruptura prematura, afirma que su camino siempre fue desde la autonomía, no desde el rescate sentimental.
Zaira Nara reapareció en un ciclo emitido vía streaming y no esquivó ninguno de los temas que han acompañado su vida mediática: entre ellos su compromiso con Diego Forlán en 2011 y su abrupta cancelación a pocas semanas de la boda. Desde ese momento, una frase se volvió leyenda en los medios: “menos mal que no me casé”. Pero ella la enfrenta con firmeza: “Me rompe las pelotas que digan que no suelto” y cuestiona que aún se le impongan roles pasivos a las mujeres.
Durante la charla, la conductora salió al cruce de los estereotipos que la retratan como alguien que “buscó un salvador” por vincularse con un futbolista de renombre. Defensora de su propia historia, aseguró que nunca aceptó la narrativa de dama en espera: “La mayoría de mis relaciones las terminé yo… nunca quise seguir a ningún hombre”, sostuvo, mientras reivindicaba su independencia emocional y profesional.
Hoy Zaira reivindica su recorrido como un camino de construcción propia: “Me considero una mujer exitosa. Todo me lo pago yo, me lo administro yo. Empecé de cero”. Lejos de rechazar lo vivido, no teme que se hable de su pasado, pero reclama que las narrativas no la definan contra su voluntad. Con honestidad, afirma que su relato no es de rescate sino de empoderamiento.











