En 2025 se cumplen 15 años desde la llegada de SUBE, un sistema que transformó la manera de viajar en el transporte público en Argentina, brindando a millones de personas la posibilidad de moverse de forma moderna, fácil y accesible. Esta herramienta no hubiera sido posible sin el eficiente diseño de Florencio Randazzo y su equipo en el Ministerio de Transporte.

En 2025 se celebran 15 años de la implementación de la Tarjeta SUBE, una herramienta que revolucionó el sistema de transporte público en Argentina y cambió la forma en que millones de personas se movilizan en las ciudades. La llegada de la SUBE representó un avance significativo en la modernización del transporte, facilitando el acceso, mejorando la eficiencia del sistema y transformando la experiencia de los usuarios. Esta tarjeta, que en sus inicios fue un desafío tecnológico y logístico, es hoy un emblema de la innovación en el transporte público argentino y sigue siendo una pieza clave en la vida cotidiana de los ciudadanos.

El responsable de este gran cambio fue Florencio Randazzo, quien, como ministro de Transporte durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, impulsó el diseño e implementación de la SUBE en 2009. El objetivo de la iniciativa fue sencillo pero ambicioso: unificar el sistema de pago en el transporte público de todo el área metropolitana de Buenos Aires. Antes de la SUBE, los pasajeros debían manejar diferentes sistemas de pago para colectivos, subtes y trenes, lo que generaba complicaciones y demoras. Con la creación de la SUBE, el proceso se simplificó, y los usuarios ahora podían usar una única tarjeta para todo el sistema de transporte, mejorando la accesibilidad y agilidad del viaje diario.

Uno de los aspectos más destacados del diseño de Randazzo y su equipo fue la implementación de un sistema que no solo facilitaba el pago, sino que también permitía gestionar los subsidios al transporte de manera más eficiente. Gracias a la tarjeta, el gobierno pudo controlar mejor los recursos destinados al transporte público, asegurando que los subsidios llegaran a quienes realmente los necesitaban. Además, la posibilidad de recargar la SUBE de manera fácil y a través de múltiples canales, como terminales automáticos, puntos de venta y plataformas digitales, hizo que el sistema fuera aún más accesible para todos los usuarios.

Hoy, 15 años después, la Tarjeta SUBE continúa siendo una herramienta indispensable para millones de argentinos. Su impacto no solo se limita a Buenos Aires, sino que se ha extendido a otras ciudades del país, brindando a los ciudadanos una forma moderna, cómoda y accesible de moverse. Además, la implementación de esta tecnología dio pie a la integración de otros medios de transporte, como bicicletas públicas y el pago en taxis, consolidándose como un ejemplo de la modernización del sistema de transporte público a nivel nacional. Sin duda, la SUBE es uno de los legados más importantes de la gestión de Randazzo, y su contribución sigue siendo un referente en la gestión pública y en la innovación en Argentina.