La inteligencia artificial (IA) dejó de ser ciencia ficción y se convirtió en parte de tu rutina diaria. Desde que desbloqueás tu celular hasta que terminás el día viendo una serie recomendada por un algoritmo, la IA está ahí, silenciosa pero poderosa. No hace falta ser programador para usarla: todos estamos interactuando con ella.

¿Dónde se nota más su influencia? En estos aspectos cotidianos:

  • Recomendaciones de Netflix, Spotify o YouTube.
  • Asistentes virtuales como Siri, Alexa o Google Assistant.
  • Filtros inteligentes en fotos y videos.
  • Traducciones automáticas en redes sociales.
  • Correos sugeridos o autocompletados.

Además, se está metiendo en el trabajo. Las empresas usan IA para automatizar procesos, analizar datos y hasta seleccionar candidatos. Esto cambia el perfil de los empleos: ya no alcanza con saber usar una compu, ahora conviene entender cómo funcionan las herramientas inteligentes.

En salud también impacta: desde apps que monitorean el sueño hasta algoritmos que detectan enfermedades en estudios médicos. La precisión de estos sistemas mejora día a día y permite diagnósticos más rápidos y personalizados.

La clave es estar al tanto y aprender a convivir con esta tecnología. No se trata de reemplazar al humano, sino de complementar sus capacidades. Saber usar la IA será una habilidad clave del futuro cercano.

¿La usás más de lo que pensabas? Probablemente sí. Lo importante es aprender a aprovecharla con criterio, sin miedo, y con conciencia crítica.