«El mundo no espera y tampoco nos espera a nosotros, ni a las largas y difíciles negociaciones de coalición. Debemos sentar pronto las bases para que Alemania vuelva a ser bien gobernada», afirmó Merz.

El bloque conservador, liderado por Friederich Merz y conformado por la Unión Social Cristiana (CSU) y la Unión Demócrata Cristiana (CDU), fue el más votado en el Bundestag (Parlamento alemán). En segundo lugar, la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Seguido a este, el Partido Socialdemócrata (PSD) del actual canciller, Olaf Scholz, quien tuvo su peor elección en sus 161 años de historia. De esta manera, el líder conservador, deberá pactar una nueva alianza para poder lograr una mayoría en el recinto.

El partido de la socialdemocracia obtuvo entre 16 y 16,5 puntos de los votos, asegurando 118 asientos a pesar de una caída de casi 10 puntos respecto a 2021. Además, el partido de Los Verdes, logró ingresar al parlamento y pudieron alcanzar entre un 12,3 y 13,3 puntos del total de los apoyos, aproximadamente 94 representantes, más allá de haber formado parte de la «coalición semáforo» de Scholz, así como la Izquierda (Die Linke-DL), que acumuó entre un 8,6 y un 8,9 por ciento de los votos, lo que les otorga 62 asientos. El asiento faltante está reservado para la Asociación de Votantes del Schleswig Meridional, el partido de la minoría danesa.

Para formar parte de la Cámara Baja, se requiere un mínimo de 5% de los votantes, lo que podría dejar de lado al Partido Liberal (FDP), que se encuentra cerca del mínimo según las previsiones, y a la fuerza populista de izquierda Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), que obtuvo entre 4,7 y 4,9 puntos porcentuales. Su posible entrada al Bundestag podría destacar entre las opciones de coalición que Merz, como próximo canciller, para que forme parte de su Gobierno.